Cuando hablamos de alimentación, el aceite de palma es sinónimo de controversia. Hace unos años prácticamente ignorábamos su existencia y hoy en día es una de las materias primas más vendidas del mundo.
No sólo la encontramos en alimentos, sino que también está presente en productos cosméticos tales como jabones, cremas o pasta de dientes y en la producción de biodiesel.
Es más lugares de los que pensamos
Un gran porcentaje de alimentos procesados industrialmente contienen aceite de palma: salsas, helados, margarinas, galletas, chocolates, confitería, sopas y un largo etcétera.
El etiquetado de los productos que llevan también ha sido causa de polémicas, ya que hace unos años se enmascaraba como » aceite vegetal » -una denominación muy ampliamente y actualmente se sigue camuflando bajo seudónimos como «grasa vegetal fraccionado de palma» o «estearina de palma»
Así pues, el problema radica en que no sabemos qué productos llevan aceite de palma y cuáles no, y esto a menudo nos conduce a un consumo excesivo.
Perjudicial para la salud
El aceite de palma es rico en ácidos grasos saturados -el 50% de su composición es de grasas saturadas contra el 15% de media de los otros aceites- y su consumo en exceso hace subir el nivel del llamado colesterol malo ( LDL). Esto hace que el riesgo de sufrir enfermedades coronarias se incremente exponencialmente.
Además, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un estudio del año pasado donde relacionaba este alimento con el cáncer, lo que provocó que muchas marcas prescindieran de él en sus productos.
Entonces … ¿por qué se utiliza tanto?
Es mucho más económico comparado con grasas y aceites de otro origen. Se le pueden encontrar sustitutos? Sí. Aceite de soja, mantequilla de coco o aceites hidrogenados serían algunos ejemplos, pero son más caros y el balance financiero final no aportaría tantos beneficios a la industria alimentaria.
El segundo motivo es por su versatilidad . Se puede adaptar a diferentes texturas: crujientes, untuosas o cremosas. Por ello es fácil encontrar en productos tan diversos y diferentes.
Problemas medioambientales
Más allá de la alimentación y la salud, una de las consecuencias más devastadoras del alto consumo de aceite de palma es la deforestación .
A pesar de su origen africano, se cultiva principalmente en el sureste asiático y se queman miles de hectáreas de selva virgen de países como Malasia e Indonesia para la plantación de palma.
El aceite de palma sigue siendo fuente de debate y también ha hecho replantear muchos consumidores sobre su criterio a la hora de elegir un producto.