Aunque el intervalo de edad en que una mujer puede concebir es bastante amplio (y el de los hombres aún más), el estilo de vida no siempre acompaña los intentos de conseguir un embarazo. Esto, unido a que cada vez se retrasa más la edad de la primera gestación, ha llevado a que los últimos tiempos los casos de infertilidad se hayan disparado.
Estás pensando tener un bebé? Pues echa un vistazo a este «manual de instrucciones» en el que se recogen los últimos descubrimientos sobre los factores que favorecen la fertilidad.
Se calcula que un total de 800.000 parejas españolas tienen este problema, y cada año se presentan 16.000 casos nuevos. La causa principal de esta situación es la edad materna: los embarazos tardíos son una tendencia que aumenta, pero también hay otra serie de factores, la mayor parte de ellas vinculadas al estilo de vida, que inciden en el hecho que cada vez haya más parejas que tienen dificultades para conseguir una gestación.
Ovulación
A la hora de planificar un embarazo, es fundamental conocer bien el ciclo menstrual y el momento de la ovulación, que coincide con el de mayor fertilidad. Esta se produce como norma general 14 días después del inicio de la menstruación. Del mismo modo que hay mujeres que conocen perfectamente cuando están ovulando (algunas experimentan síntomas físicos como molestias abdominales o hinchazón en el pecho) otras no saben determinar este momento con precisión. Para ello existen varios métodos. Uno de los más utilizados es la observación, del moco o la secreción vaginal. Durante la primera etapa del ciclo, esta secreción es escasa, y aparece al cabo de unos días una pequeña cantidad densa y pegajosa, de color blanco, gris o amarillo, lo que indica que el tapón de moco que cubre la entrada del útero ha iniciado su descenso.
Podemos encontrar otros sistemas más sofisticados, como los tests de ovulación personal que se venden en las farmacias, puedes encontrarlos en farmaciasdirect.com. Se basan en unas varillas que, empapadas de orina, identifican la presencia de la hormona luteinizante (LH), que es la que produce la liberación de los óvulos cada mes.
Estos productos son fiables. El único inconveniente que presentan, es que la mayoría de estos sistemas se orientan para que se haga un análisis cada día, y teniendo en cuenta que si, por ejemplo, el pico hormonal tiene lugar a las 8 de la mañana, si el análisis se hace por la noche, puede que obtengamos un falso positivo. Por lo tanto, para una mayor precisión, se debería hacer cada 12 horas.
La edad materna
La causa principal de infertilidad entre las mujeres es la edad, y eso es lo que explica el número cada vez más alto de casos de este problema, si se tiene en cuenta que, en la sociedad actual, las mujeres están retrasando el momento de ser madres hasta bien entrada la treintena. Hay algo que es válido para todas las mujeres y es el hecho de que a partir de los 35 años se es menos fértil; alrededor de los 38, la fertilidad es aún menor y que a partir de los 40 años cae en picado.
Independientemente de las características de cada mujer y de la regularidad de sus ciclos menstruales, hay una realidad biológica sobre la que existe un gran desconocimiento: Todas las mujeres nacen con el mismo número de óvulos, los cuales se van gastando a lo largo de la vida, sin posibilidad de regenerarse ni de producir otros nuevos.
Así, por ejemplo, al llegar a los 35 años, no sólo quedan menos óvulos sino que están, digamos, envejecidos: son células que están muy frágiles, y esta fragilidad biológica hace que se trate de ovocitos a los que les cuesta ser fecundados.
El estilo de vida
1. Dejar de fumar: Se calcula que a partir de los 10 cigarrillos diarios la fertilidad femenina disminuye de manera significativa. Las fumadoras pasivas tampoco se libran de estos efectos negativos. En el caso de los hombres, estos efectos son menos negativos, y se estima que la fertilidad empieza a disminuir a partir de los 20 cigarrillos al día.
2. Mantener el estrés controlado: El papel del estrés sobre la infertilidad ha sido una cuestión bastante discutida por los investigadores, pero en lo que todo el mundo coincide es en la conveniencia de mantener una actitud tan relajada como sea posible, sobre todo si la gestación no se produce en los periodos de tiempo previstos. Si el estrés afecta de verdad, es decir, de una manera fisiológica, aumentan los niveles de prolactina y, en la mujer, la elevación de esta hormona puede terminar distorsionando la ovulación, mientras en el hombre este aumento hormonal provoca una disminución de la libido. Ambas situaciones afectan la fertilidad, bien porque no se tienen relaciones tan a menudo como debería o bien porque la mujer no ovula.
3. Hacer una dieta equilibrada: Además del incremento de la ingesta de ácido fólico, fundamental para prevenir posibles defectos del feto, hay que seguir una dieta en la que estén incluidos todos los grupos alimenticios y que aporte la cantidad necesaria de nutrientes. Del mismo modo, es recomendable consumir alimentos tan naturales como sea posible, ya que hay evidencias de que algunas sustancias nocivas incluidas en los nutrientes que se utilizan habitualmente (toxinas, metales pesados y agentes químicos de diferente naturaleza presentes en fertilizantes y pesticidas) pueden afectar la fertilidad. Las dietas de adelgazamiento sin control médico y de manera continuada pueden ser una de las causas de infertilidad femenina, ya que limitan durante períodos de tiempo largos la ingesta de ciertos grupos de nutrientes, por lo que pueden forzar los mecanismos fisiológicos de la organismo, y hacer difícil la concepción. Entre los nutrientes que no pueden faltar están las frutas y las verduras, alimentos que protegen ante la endometriosis, una de las causas principales de infertilidad femenina.
4. El peso justo: Tanto el sobrepeso como estar excesivamente delgada reducen las posibilidades de concebir. Esto se debe a que la obesidad (y también tener un peso por debajo del adecuado) altera el equilibrio hormonal, que se traduce en períodos menstruales irregulares y tasas de ovulación muy bajas, lo que hace difícil que se queden embarazadas naturalmente.
5. Cuidar la temperatura: El calor excesivo puede llegar a afectar a la capacidad reproductora de los hombres. Las temperaturas superiores a 24 grados pueden influir en la calidad del esperma, y llegar a reducir el número de espermatozoides hasta en un 10 por ciento.
Y, sobre todo, es muy importante pasarlo bien, no sólo para que la relación sea gratificante y relajante, sino también porque las contracciones uterinas que se producen durante el orgasmo son muy buenas para que los espermatozoides se muevan con facilidad.