La interacción entre el cuerpo y la mente tienen una poderosa influencia sobre nuestra vida, salud, y enfermedad. Nuestras actitudes, creencias y estados de animo afectan nuestro interior optimizando o debilitando nuestra salud. Las emociones positivas construyen salud y ayudan a reparar los desequilibrios de las emociones negativas.
Construir un balance armónico entre cuerpo y mente es vital para la vida saludable de una persona. Disciplinas orientales nos enseñan desde tiempos milenarios como esta construcción puede ser abordada por cualquiera, solo necesitando predisposición» afirman desde Relajemos.com, un sitio especializado en yoga y meditación. Según ellos, más del 80% de las personas que meditan han logrado calmar estados de ansiedad o depresión, mientras que el yoga es una de las mejores técnicas para fortalecer la conexión mente-cuerpo.
Nuestros pensamientos y sentimiento van entretejiendo nuestra salud actual y la del futuro. Nosotros mismos podemos crear nuestra salud, los mejores estados para reformar el sistema inmunitario son la paz, la alegría y la tranquilidad. Pero nosotros nos empeñamos en destruir poco a poco nuestra salud empezando con la baja calidad de nuestro estilo de vida que solo nos lleva a enfermedades severas y es ahí ante la crisis que aprendemos a ver con claridad el valor de nuestras vidas.
No sabemos gozar de las maravillas que nos rodean, de lo que cada día la vida nos regala porque a cada minuto nuestra mente es asaltada con dudas o preocupaciones. El miedo, la angustia, la rabia y todas esas malas emociones fabrican su propia bioquímica toxicas para el sistema inmunitario.
No son los hechos los que provocan enfermedades en ti sino las reacciones y emociones que eso hechos desatan en ti. Lo que te enferma no es lo que te pasa sino como lo vives. Cuando el estrés en tu vida es algo sostenido y constante debes prestarle atención porque esto repercute de manera negativa en el sistema inmunitario.
El estrés emocional de larga duración hace que continuamente fluyan hormonas de adrenalina y cortisol al torrente sanguíneo. Los niveles elevados de adrenalina pueden producir aumento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea. Y los niveles altos de cortisol influyen en los niveles de azúcar, trigliceridos y en la perdida de la densidad osea. El continuo bombardeo de las moléculas del estrés pueden lesionar nuestro órganos y tejidos.
Hay que aprender que una enfermedad si lo decidimos puede enriquecer nuestras vidas. Aprender a ver las dificultades como grandes maestras. A mayor dificultad mayor reto para aprender y cambiar nuestras vidas. Hay casos de pacientes donde los pronósticos de una enfermedad le hacen mas daño que la enfermedad en si. Ya que condenan al paciente y este entra en un estado de depresión y de emociones negativas.
La persona que padece una enfermedad debe aprender primero aceptar el diagnostico pero no el pronostico. Debe aprender a vivir y a cambiar el rumbo de los acontecimientos y aprender que todos vamos a morir y que puede que la actitud que tome frente a la enfermedad que padece lo puede sanar y lo puede salvar.