La vida no viene con un libro que nos enseñe como debemos actuar o comportarnos ante las situaciones que día a día se nos presentan. No existen formulas mágicas o lamparas de Aladino para superar los obstáculos que se nos van presentando en el camino. Pero hay un gran aliado que nos puede ayudar a que la carga sea mas ligera y la vida mas llevadera y es el buen humor.
El buen humos es una virtud, una fortaleza con la cual algunos nacen y otros aprenden a cultivarla. Es un gesto de inteligencia emocional que te ayuda a mejorar tu entorno y tu relación con los demás. La tradición budista lo considera resultado de un elevado nivel de sabiduría o madurez interior.
Las personas que disfrutan de esta virtud ven la vida desde una perspectiva mas positiva, son mas creativos a la hora de resolver algún problema, hacen reír a los demás y viven su vida mas alegres y felices.
El buen humor funciona como una válvula de escape a través del cual puedes liberar tensiones, relajarte y olvidarte un poco de las preocupaciones. Una manera sencilla de cultivar el buen humor es bailar, escuchar música, compartir con amigos, ver series divertidas, estar en contacto con la naturaleza, hacer actividades al aire libre y practicar algún deporte. No pierdas tu niño interior y haz espacio para la alegría en tu vida. Las personas con buen humor viven por mas tiempo y mantienen una mejor calidad de vida.
Haz del buen humor una actitud ante la vida, aprende a ver las cosas desde un angulo mas despreocupado, los problemas siempre estarán la diferencia y como los ves y como los enfrentas. Ríe mas, dedícate a ser feliz y hacer feliz a los demás.
Date el permiso de disfrutar de la vida, de reírte de tus propios errores, aceptar tus defectos y los de los demás.