Abogamos por una visión positiva del envejecimiento, los defensores del bienestar en la tercera edad estamos en contra del concepto anticuado e injusto de que el proceso de envejecimiento es una especie de no-existencia sub-humana, llena de miedos que induce al pánico y, en definitiva, una vida horrible. La tercera edad es una parte natural de la vida, que debe ser aceptada, atendida e integrada con muchos otros elementos que finalmente construyen y definen nuestras vidas.
Después de todo, la edad, la enfermedad y la discapacidad, así como los cuidados a largo plazo, no definen nuestra existencia como personas, sino que son sólo un aspecto de la vida.
Uno de los principales pilares de la ayuda a domicilio es asegurar que las personas mayores tengan las condiciones de salud atendidas a través de un servicio de alta calidad.
El mejor cuidado, en el propio hogar del anciano
El pensamiento contemplativo y afirmativo, evitando el pesimismo, eligiendo el optimismo y enfocándose en lo positivo es un concepto básico en cualquier plan de cuidado personal que buque una existencia feliz, saludable, sostenible y funcional.
Un buen servicio de asistencia para el cuidado de ancianos en su propio hogar debe satisfacer la mayoría de las necesidades de salud, emocionales, físicas y -muy importante- de actividades cotidianas. El profesional debe procurar que el anciano esté animado y seguro, lleno de entusiasmo por la vida.
Experiencia
Si no puedes hacerte cargo de los cuidados diarios que necesita una persona dependiente, debes elegir con cautela a la persona que acompañará a ese ser querido durante la mayor parte del día.
Su experiencia debe estar siempre centrada en el paciente y tener en cuenta sus objetivos y preferencias particulares.
Antes de elegir una agencia de cuidados a domicilio asegúrate de que los asistentes de cuidados de salud que la agencia envía estén capacitados, tengan los permisos pertinentes y sobre todo, cuenten con experiencia demostrable. Si es posible, puedes solicitar una pequeña entrevista con el profesional antes, para ello, apunta en un papel a modo de recordatorio las preguntas que tengas para él.
Empatía
El respeto, la empatía y la compasión son las piedras angulares de la ayuda a domicilio, los que trabajan en este campo necesariamente tienen que ser personas de buen corazón, pacientes, comprensivas y que realmente deseen ayudar a las personas de la tercera edad a llevar una vida más feliz y saludable.
En ciertos casos, por el contrario, los ayudantes a domicilio están más motivados por el atractivo económico e incluso consideran que es un trabajo fácil.
Las quejas de los ancianos a menudo citan problemas en los que sus ayudantes les gritan, suspiran, murmuran sarcásticamente en voz baja y ponen los ojos en blanco en una muestra inaceptable de falta de respeto.
Si el ayudante en el hogar carece de empatía, no permitas que su falta de profesionalidad afecte negativamente la calidad del paciente.
Profesionalidad
Puede significar muchas cosas, pero es lo más importante para las personas mayores y sus necesidades de atención médica en el hogar, los asistentes deben cumplir con las siguientes normas básicas:
- Aparecer sin falta los días programados para trabajar.
- Ser puntual en la hora de llegada.
- Llegar con la documentación necesaria, los dispositivos, el equipo médico y los accesorios necesarios para el cuidado individual.
- Atender las necesidades del anciano nada más llegar a su casa, priorizando el contacto humano a la preparación de otras pareas.
- No tomar descansos prolongados.
- No desaparecer misteriosamente durante el período de trabajo.
- No hablar, enviar mensajes de texto y usar Internet en su teléfono mientras está en el trabajo.
Los cuidadores que muestran cualquiera de los comportamientos mencionados anteriormente claramente no están comprometidos con las necesidades que requieren la atención médica y la asistencia.